En la tierra de nadie
divisé un lago manantial,
frescura de pieles extrañas…
Bajo estas aguas
nadaba profundo
y solitaria,
Pero, siento una mirada
desafiante mirada,
clavándome en la cara,
entonces, volteo a mi derecha
y a cuatro metros de distancia
nada una culebra,
roja culebra encorvada
que nada y me mira…
La culebra va conmigo
A un mismo destino
Quien sabe cual,
Solo si
cruzamos el lago
Lo sabríamos.
Avanzamos en lo profundo.
Entonces, volteo a mi derecha
y ya no siento la mirada
clavándome en la cara…
La culebra que me acompañaba
aparecía y desaparecía
recta y encorvada,
hendida
cansada y descansada.
Y
despierto de este sueño.
Sin miedo
sigo despierta
sigo dormida
sabiendo que en la tierra despierta
y en la tierra dormida
más de alguna fuerza escolta
nuestro camino.
Oh culebra roja
dueña de estas aguas,
tu protección
fortalece mi corazón,
Rume mvna kume pewma.
04/11/2012
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