viernes, 13 de mayo de 2016

Pvñeñelchefe Carmen.

A la memoria de Carmen Boroa Ñanco.



El silencio estrellado
es eterno imaginando
su cuerpo pequeño
sus ojos claros
su rostro anciano
su pelo blanco,
sus manos
me quedo en ellas
en sus manos,
removiendo úteros,
recibiendo llantos
de niños y niñas
de todos lados,
porque fue buena
porque fue muy buena dicen
En el arte del parto…
Imagino su mirada,
dulce y emocionada
al ver a las criaturas
en manos de madres 
en medio de tanto tormento
siendo ella,  esperanza,
quien recibiera a sus nietas
y bisnietas
entre ellas a mi madre,
ella que sin sospecharlo
ha sido la feminista mapuche
Más antigua de mi linaje,
ella que ha vivido tantos años,
ella que fue pedida desde pequeña,
Por un viejo desgraciado,
 la que opuso resistencia
ocupando como guarida
la espesa mawida,
ella,
con su cuerpo de niña
de doce años,
escapa una y otra vez,
una y otra vez,
a cada instante
escapa con el vuelo
de un xarv.
La encontraron,
descubrieron su escondite
Los buitres,
más, opuso resistencia,
al acostumbrado  corte  de talones
para no volver a escapar.
ella que arrancaba
una y otra vez
una y otra vez
hasta aburrir tanto hostigamiento,
hasta ser devuelta,
entregada,
por mala mujer,
por porfiada
rebelde,
acorazada…
Tantas cosas
me han contado
de usted  papay,
Tantas historias me hubiese contado,
tantas historias podré yo contarle
de mi tatarabuela, de mi bisabuela,
de mi abuela
de mi padre, de mi madre, mías,
tantos piam podría yo contarle
a Tañi pvñeñ…
Tantas historias me ha contado
tantas historias
de boca de mi abuela, de mis tías abuelas,
de mi madre...
Imagino sus manos
llenas de sangre
llenas de vida
llenas de alma,
llenas de heridas,
Tunten piti ke che,
habrán recibido sus manos pequeñas
Carmen.
Imagino su espíritu lleno de alegrías
por tantos racimos
de  vidas.

Pitike  che choyvn.  
 13/05/2016

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